MUERTE EN VENECIA, Tomas Mann
Gustav von Aschenbach es un famoso escritor alemán que no se encuentra muy contento con la obra que está escribiendo. Una tarde decide ir a pasear y mientras espera al tranvía, ve de lejos a un joven con aspecto fantasmagórico y pálido que le despertó el deseo de viajar. Los dos se dirigieron una mirada a través de la cual Aschenbach sintió un flechazo.
Aschebach embarca rumbo a Venecia y en el viaje va al lado de un grupo de jóvenes pero se da cuenta de que entre todos esos jóvenes hay una persona mayor disfrazada que se hace pasar por un joven más. Cuando llega a Venecia se aloja en un hotel donde también estaba alojada una familia con sus 4 hijos, entre ellos uno llamado Tadzio. Aschenbach se enamora de Tadzio y comienza a sentir interés por conseguir un aspecto juvenil, identificándose así con el viejo que se hacía pasar por un joven. A partir de ese momento observa cada día a Tadzio.
En Venecia se vive una gran epidemia de cólera por la que gran parte de la gente huye de Venecia, pero Aschenbach decide no marcharse de Venecia a causa del amor que siente por Tadzio.
Aschenbach cae enfermo victima de la epidemia y unos días más tarde muere en Venecia.
PREGUNTAS PARA DEBATE:
- Crees que la soledad es buena o es mala
- ¿ Harías cualquier cosa por amor ?
- ¿ Crees en el destino ?
COMENTARIO DE TEXTO
Aschenbach pecaba de indiscreción al observar así al desconocido en forma un tanto distraída y al mismo tiempo inquisitiva? En todo caso, de pronto notó que le devolvía su mirada de un modo tan agresivo, cara a cara, tan abiertamente resuelto a llevar la cosa al último extremo, tan desafiadoramente, que Aschenbach se apartó con una impresión penosa, comenzando a pasear a lo largo de las verjas, decidido a no volver a fijar su atención en aquel hombre. En efecto, minutos después lo había olvidado. Pero, bien porque el aspecto errante del desconocido hubiera impresionado su fantasía, o por obra de cualquier otra influencia física o espiritual, lo cierto es que de pronto advirtió una sorprendente ilusión en su alma, una especie de inquietud aventurera, un ansia juvenil hacia lo lejano, sentimientos tan vivos, tan nuevos o, por lo menos, tan remotos, que se detuvo, con las manos en la espalda y la vista clavada en el suelo, para examinar su estado de ánimo. Era sencillamente deseo de viajar; deseo tan violento como un verdadero ataque, y tan intenso, que llegaba a producirle visiones. Su imaginación, que no se había tranquilizado desde las horas del trabajo, cristalizó en la evocación de un ejemplo de las maravillas y espantos de la tierra que quería abarcar en una sola imagen. Veía claramente un paisaje: una comarca tropical cenagosa, bajo un cielo ardiente; una tierra húmeda, vigorosa, monstruosa, una especie de selva primitiva, con islas, pantanos y aguas cenagosas; gigantescas palmeras se alzaban en medio de una vegetación lujuriante, rodeadas de plantas enormes, hinchadas, que crecían en complicado ramaje; árboles extrañamente deformados hundían sus raíces hacia el suelo, entre aguas quietas de verdes reflejos y cubiertas de flores flotantes, de una blancura de leche y grandes como bandejas. Relevancia: Este fragmento de texto tiene una gran relevancia dentro de la obra porque es el punto de partida de Aschenbach para iniciar su deseo de viajar y empieza a imaginarse un paisaje determinado. PAISAJE: - comarca tropical cenagosa - cielo ardiente - tierra húmeda - selva primitiva - islas - pantanos - palmeras - árboles deformados - aguas quietas de verdes reflejos - flores flotantes FLECHAZO: - Fantasía - Influencia física o espiritual - Ilusión en su alma - Inquietud aventurera - Ansia juvenil - Sentimientos vivos, nuevos MIRADA: - agresiva - cara a cara - desafiadoramente Narrador: El narrador está en tercera persona. Es un narrador omnisciente, que sabe todo acerca del personaje y todo lo que le pasa y siente Continuación: La obra continúa con la partida de Aschenbach hacia una isla exótica pero que al llegar se da cuenta de que ese no es el sitio en el que él quería estar y se embarca rumbo a Venecia LAURA BARROSO
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