La historia del Gran Casino, por Celia Salamanca
Todo empezó con la muerte de Salazar, el dueño del Gran Casino, el más importante del mundo, en aquel fatídico accidente de tráfico.
Desde entonces su único hijo, Juan S. se mostraba diferente, incluso a veces tenía ciertos ataques de ansiedad. Yo no le di mucha importancia porque pensé que se debía a la muerte repentina de su padre y a la gran masa de periodistas que le perseguían día tras día para conseguir información sobre los hechos.
Pero meses después, Juan se encontraba más inquieto de lo normal, se pasaba noches enteras buscando entre cientos de archivos del casino y documentos confidenciales, que le filtraba algún policía amigo suyo a cambio de dinero, sobre el caso de su padre.
En varios meses permaneció encerrado en su apartamento, sin apenas contacto con el exterior. Hasta que un día me llamó y me dijo que fuera inmediatamente a su casa, que tenía algo muy importante que contarme.
Diez minutos después me encontraba llamando al timbre de su apartamento. Él me abrió la puerta y pude ver el terrible aspecto que tenía, estaba muy demacrado y parecía que no había dormido en al menos dos días. Entramos en el salón y el ambiente era desolador; se encontraba cubierto por documentos, archivos y recortes de periódico, que se intercalaban con tazas ya vacías de café y los ceniceros llenos de colillas, incluso pude ver cintas de las cámaras de seguridad del casino.
Nos dispusimos a sentarnos en la mesa, sirvió un par de cafés, y fue entonces cuando me contó todo.
Me dijo que su padre fue asesinado, que no fue un mero accidente. Me explicó que el señor Salazar, estuvo amenazado de muerte durante años y que nunca se lo dijo a nadie, tal vez para no ponerles en peligro. Pero el señor Salazar, fue dejando pistas y claves secretas, para que su hijo pudiera saber la verdad y averiguar quién era el asesino y vengar la muerte de su padre.
En ese momento, como era de esperar, le pregunté quién era el asesino.
Durante unos instantes se produjo un gran silencio, después, con lagrimas en los ojos, me dijo que le había matado Marcos, un accionista del casino gran amigo de su padre al que él tenía como un segundo padre y el mismo que ahora se iba a casar con su madre.
El señor Salazar y Marcos habían hecho un pacto hace tiempo. Si a él le pasaba algo, iba a cederle parte del casino a Marcos, ya que este fue el que le ayudó a sacarlo adelante al principio, y la otra parte a su hijo.
Cuando terminó de contármelo, me dijo que me fuera, que el tenía que resolver unos asuntos importantes, y que si le pasaba algo que le contara todo a su madre.
Intenté impedírselo, pero me fue imposible, así que decidí seguirlo.
Después de media hora llegamos a un callejón oscuro, era media noche, Juan sacó una pistola y Marcos apareció. De repente comenzó un tiroteo, Juan fue alcanzado por una bala que le hirió de gravedad, pero tuvo fuerzas para levantarse y disparar a Marcos al pecho, quién murió al instante.
Yo llamé a una ambulancia, trasladaron al hospital a Juan, pero una semana después murió.
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Alicia -